Fin y Principio

Como suave seda, sus manos blancas y gélidas resbalaban de las rocas.
Apoyaba sus hermosos brazos como perlas sobre las olas del mar.
Aún recuerdo sus ojos fijos en mi, y su mirada impactante.
Sólo unos segundos tardó en sumergirse por completo en el mar.
Y las olas con furia azotaban las rocas verdosas, limpiando con brío la sangre derramada.
Nada que pudiese imaginar en ese entonces, se parecería jamás a lo que vi después.

Poderosos rayos rasgando el cielo y golpeando el agua, mientras un gran remolino tragaba los barcos a su paso.
La furia de aquella dama, fue el suspiro final de muchos hombres que desafiaron su voluntad.
Y las hermosas sirenas nadaban y cantaban al rededor de los cuerpos muertos que salían a flote, festejando semejante castigo ejemplar a la humanidad.
Esa tarde, la pequeña ciudad costera perdió a casi toda su población masculina, jovenes y viejos por igual.
La furia de la Dama Oscura, como la llamaban entonces, tiñó las costas de sangre, tomando venganza por el asesinato de una de sus hijas a manos de los pescadores.

Sus hermanas devoraron la carne fría de las victimas, y la pena fue tanta, en todo el mundo, que hasta la tierra misma lloró.
Pues la criatura que alguna vez había sido creada para el bien, para mantener el equilibrio, era ahora más temible que el mismo demonio que le rompió su corazón.
Y así, la pequeña travesura de Lucifer fue concretada, acarreando con la vida de miles y millones de hombres durante más de 500 años.

No fue hasta ese momento, que Maya, hermana de la Dama Oscura decidió hacer una visita a tal desdichada ciudad.
Encontró a su hermana desplomada en la costa, mirando con fríaldad la escena, y con lágrimas silenciosas en sus ojos.
-Es curioso…-ella dijo- las lágrimas corren por mi rostro completamente en contra de mis verdaderos sentimientos, pues no siento remordimiento, querida hermana.- concluyó mirando de reojo a Maya-

Maya cerró sus ojos y con un golpe de su báculo en la arena, la oscuridad de los cielos desapareció, y las sirenas huyeron a las profundidades del mar, asustadas del gran impacto.
-Esto debe terminar- concluyó su hermana- ¿Lo harás por tu cuenta, Aqua, volverás a abrazar la cordura? ´¿O deberé empujarte a ella?-

Cuentan rumores de los ciudadanos que estaban cerca de la costa, que temblores y rayos azules y blancos se esparcían por todo el lugar, como si dos grandes bestias estuviesen luchando. Los mares se elevaron y se mezclaron con el cielo, y una luz enceguecedora hizo que muchos pierdan la conciencia.

Nada se supo de la Dama Oscura después de eso, y otros 500 años habían pasado en paz con el mar, que ya no amenazaba a los humanos, sino que les daba su fruto.
Las sirenas dejaron de verse y oirse, y pronto se convirtieron en mito de viejas civilizaciones.
Pero si escuchas con atención, si vez más allá de lo que tu mente te permite, podrás escuchar el sonido de las dulces voces llamándote a casa, podrás sentir el latido del mar.

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