
Palabras que sanan, palabras que conectan mundos y moléculas de magia.
Palabras distantes que no llegan, palabras que jamás serán evocadas.
Palabras congeladas en el tiempo, en momentos, recuerdos imperceptibles, latentes, punzantes.
Palabras inquietas, deseando llegar a ti, palabras muertas.
Palabras dóciles, con su cuota de dulzura que abren espacios y caminos nuevos para mi, palabras cortas y afiladas, afirmaciones, negaciones.
Palabras que cierran puertas y rompen ilusiones.
Muros de frases sin sentido se elevan ante mi, separándome del Universo que creía conocer.
Palabras que se impregnan en mi, penetrando todas mis barreras, invitándome a entender que lo que ha sido, jamás volverá a ser.
Ríos de hielo gris se congelan en el tiempo, alojando los mil y un recuerdos de un camino temporal olvidado y desierto.
Y la tierra se seca, y ya nada florece.
Y me pregunto si acaso mi temor será, si el don de la Banshee sería cierto.
Si no existiera palabra posible para describir, lo que ya sé, lo que elegí.
Tan sólo respirar y soltar mi último aliento, mi último sentir, mi evocado percibir.

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